9 de marzo de 2007

INTIMIDADES DE LA CASA ROSADA

Fernández, estás nominado…

Al parecer, es un lindo pasatiempo el que improvisaron el Presidente de la República, su Jefe de Gabinete, el secretario de la Presidencia y otros del círculo íntimo gubernamental. Cuentan que luego del receso estival la actividad cotidiana en la Casa de Gobierno parecía más y más tediosa. Los lunes todos de malhumor, el martes un poco mejor, el miércoles pintaba bajón de nuevo, los jueves un garronazo y los viernes se iban todos a la mierda. Pero hace unas semanas el ambiente cambió, los pasillos se ven más animados: es que todos se engancharon con Gran Hermano, el reality show orwelliano que conduce Jorge Rial en el canal de la empresa multinacional Telefónica.

Todo comenzó un lunes de principios de febrero, cuando, como al pasar, Néstor Kirchner, con su habitual tono jodón, le dijo a Oscar Parrilli: “vas a ver que lo echan al rubio que bailaba en el Golden”. El secretario, ni lerdo ni perezoso, apostó por la expulsión de Marianela, la acosada por Nadia y “sus pollitos”. “Yo también juego”, dijo Alberto Fernández, que llegaba con unas carpetas con licitaciones truchas. “Coincido con el Presidente. Una docena de facturas, ¿te va? Parrilli cagón”.

Como todos saben, Damián se retiró de la casa, Kirchner y su lambiscón ganaron la apuesta y a Parrilli no le hizo mucha gracia poner cuatro pesos de su bolsillo para pagar la prenda. Pero el juego quedó instaurado. Ahora palpitan día a día lo que pasa dentro de la casa más famosa de la Argentina (luego de la que da nombre a esta respetuosa columna), no se pierden un debate y se quedan hasta altas horas de la madrugada viendo la vida intima de los chicos. Proyectan nuevos nominados y sacan ideas de estratagemas electorales. El más fanático es el Presidente de la República, quien está convencido de que a partir de la aguda observación del programa puede conocer un poco más sobre los habitantes de esta nación. Asegura que con ese saber podrá diseñar las mejores políticas públicas del mundo.

Como en todos los temas que se tratan en la Rosada, las bromas están a la orden del día. Un mozo de la confitería oficial presenció una escena cargada de humor. El ministro de Planificación le habría gritado a Alberto Fernández: “¡Vos sos igual a Agustín, loco; adentro de la Casa, el mejor amigo, pero afuera apuñalás a todos por la espalda!”, recordando el voto de Agustín contra “su mejor amigo”, Damián. Todos rieron y felicitaron a De Vido por la pertinencia del comentario. “Alberto no sabía dónde meterse, se puso tan nervioso que hasta me pidió que le llevara una copita de whisky, pobre –valora el mozo- él, que no toma nunca”. Otro momento divertido es cuando lo embroman al ministro del Interior que, como está colgado del cable, no ve bien Telefé. “De qué vas a hablar mañana si no ves Gran Hermano”, le dicen, citando con autoridad al conductor del show. A veces le dejan post-it pegados en su computadora: “Sabemos lo del cable, regularizá tu situación o te mandamos al botón de Abad” o “Pagá el cable, duhaldista”. Hay que ver cómo llora de risa Kirchner cuando Aníbal Fernández entra furioso a su despacho y, alisándose el bigote, repite su latiguillo político: “Es como los votos de los radicales: ¿para qué mierda voy a pagar por un servicio que puedo tener gratis?”.

Aposentos calientes…

La timba alrededor de Gran Hermano también se inmiscuye en la alcoba presidencial. Una noche, mientras la esposa del Presidente y senadora por la provincia de Buenos Aires cagaba leyendo el Diccionario del Argentino Exquisito de Adolfo Bioy Casares, Néstor Kirchner le pidió nueve pesos para pagar la docena de sanguchitos de miga que perdió con Parrilli al bancar a “Poli”, el integrante hincha de Vélez que fue expulsado hace dos semanas. Néstor se defendió diciendo que eligió siguiendo el consejo del Jefe de Gabinete. Cristina Fernández enloqueció. “¡¿Nueve mangos?! ¡Pero vos sos un boludo!”, exclamó. “¡¿Cómo mierda le haces caso a ese pelotudo?! Cuando me lo cruce va a vé’, lo voy a cagar bien a trompadas… con mis guardaespaldas”.

Néstor no supo qué decir, siempre calla cuando su mujer grita. Ya no la ama más, pero la necesita. La voz de la Primera Dama interrumpió sus pensamientos. “Dale tontito –dijo con voz dulce-, no pongás esa cara y vení a ayudarme con el cinturón de la prótesis peneana”.

30 de enero de 2007

DIÁLOGO CINEMATOGRÁFICO

En un aislado paraje de la Patagonia, tres hombres acaudalados discuten sobre la situación general del país. Uno de ellos, el anfitrión, titular de un altísimo cargo ejecutivo en el Gobierno, marido de una legisladora que transfiere fondos del erario público a las arcas de Gucci y Versace, fiel aliado de grandes empresas petroleras y dueño de un discurso de alto contenido revolucionario, salta del trampolín hacia la laguna de monedas de oro en la que nada con sus compadres y, al salir a la superficie, indignado por el choque con la realidad, exclama:

–Qué barbaridad.

Otro de los magnates, conductor y productor de exitosos programas de televisión, ex relator, ex propietario de un club español de fútbol y actual dueño de un equipo de voley y una radio AM que recibe millones en publicidad oficial, prestamista y futuro dueño de un club argentino de primera división cuya antigua cancha es ahora un supermercado, poderoso terrateniente de la Patagonia, promotor de la exitosa reelección de Menem y ferviente activista contra los limpiadores compulsivos de parabrisas, surfeando las doradas olas sobre una tabla de platino incrustada de zafiros y rubíes, otea el horizonte y reflexiona:

–El Gobierno no puede seguir de brazos cruzados.

El tercero, viejo empresario de origen italiano, dueño de una fortuna construida bajo el siempre impermeable paraguas estatal, filántropo, ex pareja de una conductora de programas infantiles devenida en felino suntuario, ex concesionario del correo oficial, eterno deudor del Estado y padre de una promisoria figura de la política nacional, sorbiendo un daiquiri de guayaba mientras se broncea con el reflejo del sol en un lingote de oro, sentencia:

–En este país no hay seguridad jurídica.

A un costado de la laguna, un periodista, docente universitario, conductor de televisión, vecino de la Recoleta, ideólogo de más de un gobierno de facto y actual paladín de la democracia, admirador confeso del general Onganía y amigo personal de Carlos Menem, cubierto apenas por una túnica blanca, asiente y comenta la situación con la nonagenaria dueña de un poderosísimo grupo multimedios cuya astronómica deuda fue licuada con la pesificación y madre adoptiva de dos chicos apropiados durante la última dictadura militar. Se besan. El plano se cierra sobre los labios encontrados. Funde a negro. Fin.

19 de diciembre de 2006

EL RECTOR MÁS LOCO DEL MUNDO

Qué simpático el cerdo desagradable que hemos elegido como rector. Resulta auspicioso para los siguientes cuatro años en los que la Universidad esté bajo su gestión que sus primeras palabras hayan sido: "¡Delincuentes! ¡Esos no son estudiantes, son delincuentes!". Un canto a la moderación, a la vocación pacificadora y a la imparcialidad del rector. No hubiera desentonado si remataba con un: "Esto e' pa' todo' lo' gile' que..." lo que sea.

Pero la buena nueva que les queremos traer es un pequeño detalle de algunos de los miembros del gabinete que acompañará al rector en su gestión. Esto es de una nota de Página/12, miren qué lindo:

- Secretaría General: Carlos Más Vélez, graduado radical de la Facultad de Derecho, ya ocupó el mismo cargo durante la última gestión de Oscar Shuberoff.

- Secretaría de Hacienda: Hernán Piotti López, profesor de Ciencias Económicas, facultad cuyos funcionarios y autoridades fueron ayer los que más celebraron al término de la asamblea. (Ya sabemos: que la gente de la facultad más privatizada y arancelada de la UBA esté tan contenta nunca es buena señal).

- Secretaría de Extensión: Oscar García, graduado de Farmacia y Bioquímica, ex dirigente de Franja Morada y director del Centro Regional Norte del CBC.

Joyas de colección.


(Lean los comentarios de esta nota; hay polémica).

26 de noviembre de 2006

EXCLUSIVO: HABLA LA VIDENTE QUE GUÍA LAS DECISIONES DE KIRCHNER

La charla se produce entre risas. Con un turbante de tul violeta, un vestido de plush ceñido a su obeso cuerpo, y con un anillo de oro negro en sus manos de 70 años, la vidente del presidente nos cuenta las anécdotas del poder por veinte pesos. Cobra treinta si querés que te cuente la historia con los dientes postizos puestos. Luego de de una ardua negociación con la tesorería de EL FUNDIDOR, logramos obtener los diez pesos extra en concepto de viáticos.
Se trata de la Sra. “Conductora de Telefé Noticias”, utilizamos este nombre en clave para no poner en riesgo su integridad física, aunque su apariencia nos hace pensar que es difícil empeorar su condición. Sufre la inédita “Hepatitis X” (como los expedientes, pero hepatitis) que la aqueja desde sus tempranos 60, y que contrajo cuando tuvo relaciones sexuales con un camión de bomberos al mismo tiempo que con los bomberos que lo conducían.
Rechazamos por cuarta vez en 4 minutos un vaso del nacionalísimo whisky “Doble V”, ya que el cadáver que tuvimos que correr de la banqueta para sentarnos nos había cerrado el estómago, a mí y a mi fiel asistente, el Sr. Li.
A pesar de las reiteradas quejas de la anciana por los manoseos que le propinaba el Sr. Li, accedió a comentarnos su primera anécdota. Se remonta a finales del año 2002, el muro de Berlín había caído, la Unión Soviética ganaba la copa del mundo y en México eran prohibidos los picantes y el tequila. “Fue entonces cuando me metí un plumero en el culo y le dije a Néstor que iba a ser presidente” y concluyó la frase con un solemne “y me creyó el pelotudo”. Y lo que empezó con una visión se convirtió en realidad.
“Me encontraba en el hipódromo de Australia cuando sonó mi teléfono, tuve que ir hasta mi casa que quedaba a 5 cuadras de ahí para atenderlo” describe sobre el segundo contacto con K. “¿Qué hago con el FMI?” habría preguntado desesperado el primer mandatario. “Yo le dije 'pagales y no rompen más'”. Después de expeler un gas, comenta entre risas que ella pensó que se refería a la empresa mafiosa “Fueron, Morosos Incobrables”, que le había roto las rodillas con un atado de acelga a los 12 años por no pagar la cooperadora de la escuela. Pero el presidente, fiel a sus poderes obró en consecuencia.
La vidente también se atribuye el haberle conseguido mujer al presidente. “Las minas no le daban bola… si para hacerse un paja se tenía que emborrachar la mano antes…”, afirma la anciana. Pero ella solucionó el problema dándole una fórmula que haría que la mujer que él quisiera se quedara con él toda la vida. “Heroína”, comenta la talentosa mujer mientras se come un superpancho. Un pinchazo todos los días hace que a la Primera Dama se le haga imposible dejar al pobre de Néstor.
Nos tuvimos que retirar abruptamente de la casa de la vidente porque le dio un repentino y constante ataque de eructos. En el tercer provechito los dientes le salieron disparados y dieron en la rodilla del Sr. Li, lo que le provocó una rotura de ligamentos cruzados, y consecuentemente quedó fuera del mundial.
En la parada del 29, donde retoco con mi Olivetti portátil los detalles de esta crónica, pienso en qué bueno que debe ser saber el futuro. Pero también me asusta el hecho de que tanto poder caiga en manos equivocadas. Me voy, antes de que me vea el Sr. Li y quiera que lo acompañe al hospital o que llame a una ambulancia. Chofer, 75 por favor y ¡siga a ese taxi!.

15 de noviembre de 2006

UNA HISTORIA DE VIDA

Había nacido en Varsovia, ya nadie recuerda cuándo. Todavía muy joven, huyendo de alguna guerra, subió a bordo del primer barco que salía del primer puerto que encontró. “Ochenta”, le murmuró al capitán. Pagó y fue a ubicarse en el fondo, como en la escuela.

Tras varias semanas de surcar el océano, recaló en puerto desconocido para él. Vladimir desembarcó, vio las luces prometedoras del centro, el reluciente adoquín, la democracia liberal, las mujeres ídem... “Me quedo”, decidió.

Salió del puerto y caminó sin sentido durante largas horas. En una casa de empeño entregó su reloj, sus medias, el iPod y 200 cm3 de esperma que había obtenido de un marinero belga. A cambio, recibió unos pocos pesos que apenas si le alcanzaban para pasar una noche en la segunda pensión menos infecciosa de la cuadra.

Sin embargo, en vez de desperdiciar su dinero en algo que sólo le duraría una noche, decidió invertir su pequeña fortuna. Dudó entre el hipódromo o la bolsa de comercio. “No confío en el azar –se dijo–, invertiré mi capital en el maravilloso juego–ciencia caballar”.

Ganó fortunas.

Tiempo después, le compró a un ex gobernador la franquicia del comercio de estupefacientes a lo largo de la cuenca del Sarmiento, desde Once hasta Moreno. Era amo y señor de su zona y las paredes lo atestiguaban: “Vladimir capo del Oeste”, rezaban los graffitti.

Para entonces ya se había olvidado de sus viejos amigos y había cambiado todo su guardarropas. En seguida compró un piso frente al Botánico, cambió el acento polaco por el tono nasal de Recoleta y se hizo habitué de las discotecas de moda, el éxtasis, los celulares y la música electrónica. Desde entonces, en su antiguo barrio lo conocen como...


“El cheto de Varsovia”.

31 de octubre de 2006

JEFFERSON FARFÁN, DETECTIVE PRIVADO

Hoy: “Bomba en la cancha”

Mi nombre es Jefferson Farfán, Detective Privado, o al menos eso dice mi documento: "Jefferson Farfán, Detective Privado". El primer problema que tengo es ¿laxante o vaselina? El segundo es que la Unidad Antiterrorista me ha informado que en el partido San Lorenzo versus Boca va a estallar una bomba. Con estos interrogantes en mi cabeza, tomé el colectivo 150 en Retiro para que el Destino me llevara donde quisiera. Así viajé una media hora hasta que el chofer, Carlos Destino, me gritó raudamente: "Garpaste 75 guita, o sacás otro boleto o te meto el auxilio en el culo".

Me bajé amablemente cuando el paisaje me sorprendió: el Bajo Flores. Cancha de San Lorenzo. San Lorenzo versus Boca. Cáspitas. Me dije.

Después de pagar los 14 pesos correspondientes, ingresé en la popular local, con el propósito de hacerme pasar por miembro de la barra brava. Esta tarea no era fácil, ya que mi vestido de raso abierto en la espalda me delataba. Me acerqué al que parecía el cabecilla. Pero era el cocacolero. Pedí un agua mineral. Me escupió.

Realicé un segundo intento. El susodicho me dijo que le decían “el pequeño Juan”. Pregunté el porqué del apodo, pero no respondió. Tomó firmemente la humanidad que tenía entre las piernas y me miró. Sus ojos expresaban “por esto”. El pequeño Juan llevaba un collar de muelas de juicio de hinchas rivales, pero no tenía aspecto de dentista. Mientras me contaba que su videojuego favorito era el Wonder Boy, le pregunté si sabía algo sobre una bomba. Creo que no le gustó mi pregunta porque me atacó con la palanca de cambios de una F100. De pronto un hecho me salvó.

Gol. De golpe todo oscureció. Creo que estuve algunos minutos desmayado porque no recuerdo cómo me introdujeron dentro del bombo. Esto me dio tiempo para pensar. Y un profundo dolor de cabeza.

Una vez fuera del bombo (no recuerdo cómo salí… o prefiero no recordarlo) pregunté por la bomba a un simpático muchachito que estaba arriba de un para-avalancha que gritaba por un fallo del árbitro “caramba, esto es inaudito” o algo parecido. Pero como había mucho ruido no sabía si me respondió "Después del té de las 5 y después de jugar al golf te contesto" o "Te vamos a marronear entre 5 y te vamos a dejar puesto esto". Me parece que fue la última opción porque el pequeño Juan señalaba “lo suyo”.

Intenté preguntar a un tercer sujeto, pero antes de poder hacerlo se me adelantó y me interrogó con una extraña sonrisa: “¿Sabés lo que es la culofilia?”.

Me retiré rápidamente de allí, habiendo cumplido mi labor, silbando “La Lambada” una canción muy popular en aquella época.

Mi nombre es Jefferson Farfán, Detective Privado, y esto fue “Jefferson Farfán, Detective Privado”.

20 de octubre de 2006

UN DOMINGO CUALQUIERA

Domingo anodino en la redacción de El Fundidor (sí, domingo; el trabajo periodístico no sabe de días de descanso; ergo: Dios no podría ser periodista). Afuera, la nieve cubre todo cuanto podemos ver. El invierno es blanco, frío y duro, como un bidé. Cuando ya estamos a punto de ser sepultados por el óxido de la rutina, la sinuosa figura de Pamela, bestial secretaria de nuestra sección, aparece para cortar el tedio con un sobre que acaba de ingresar por mesa de entradas. Se trata de una invitación para cubrir el festejo del Día del Niño en la Fundación Felices los Mismos. Emocionados, salimos hacia allá sin más demoras.
Al llegar, en la puerta nos piden el santo y seña. Como se nos había indicado en la invitación, al unísono decimos:
–Duda razonable.
La puerta se abre.
En el interior del enorme predio de la Fundación, vemos niños que corren por doquier, algunos con bonetes, otros con collares de flores. Minutos después, nos recibe el padre Grassi, todo sonrisas. Él mismo porta un simpático bonete multicolor.
–Bienvenidos, muchachos –nos dice el cura mientras nos palmea las espaldas–. Pásenla lindo que necesitamos buena prensa. Por dos páginas de buen trato les doy al rubiecito aquel que está en el arenero. No saben lo que es... ¡Otra que el enano chupatierra!
Tras varios segundos de contemplar divertido nuestras caras de estupor, explica:
–¡Pero no, boludazos! ¡¿No ven que los estoy jodiendo?! ¡Jajajaja! ¡Se la re comieron!
Más tranquilos pero no menos sorprendidos, continuamos con la visita. Indudablemente, el padre Grassi es dueño de un sentido del humor envidiable y poco común. Decidimos ponerlo a prueba. El menos escrupuloso de nosotros es quien se anima a romper el hielo.
–¡Grassi! Me llora el nene, ¿no le das un besito? –increpa, imprudente.
El cardenal Bergoglio, invitado especial a la celebración, disiente con nuestra actitud.
–Me parece que se fueron a la mierda –sentencia.
Otro invitado de honor, Héctor Rodolfo “Bambino” Veira (“un colega”, según el anfitrión), descorcha un champán y llama a cortar con la mala onda.
Aprovechando la confusión, nos escurrimos por los pasillos, hasta encontrarnos en los aposentos del cura benefactor. En la puerta, una estrella dorada de cinco puntas y, debajo de ella, una placa también dorada identifican la habitación: “GRASSI”, dice, al estilo de los camarines de Hollywood.
Cuidadosamente, nos deslizamos al interior del dormitorio. Nos asombran el brillo, la suntuosidad, el glamour, la sensualidad de todo cuanto decora la alcoba. Los materiales utilizados van desde la seda hasta el látex, pasando por el cuero, el satén, y el acero inoxidable.
Dos grandes retratos coronan la cabecera de la cama matrimonial en forma de corazón. En uno, Domingo Cavallo, amigo y benefactor, sonríe amistoso; en el otro, Raúl Portal, defensor acérrimo, conquista con su reconocida buena onda.

Un guardia de seguridad nos sorprende en plena intromisión y, sin preguntar, nos dispara a las piernas. A los tiros, somos desalojados del suntuoso predio de la Fundación. Al llegar a la vereda y ponernos a salvo de las balas, recuperamos el aire y nos juramos mil veces no volver jamás. El periodismo no puede darse el lujo de perder a informadores de nuestra calidad.

ACTITUD VUENOS HAIRES


En una parte de los anuncios, que con mucha actitud, está publicando el GobBSAS sobre la encuesta anual de hogares, dice que: "la información que usted suministre está protegida por el secreto estadístico"... está bien que aclaren, porque el principal temor de "la gente" es que datos como, el monto del sueldo, ahorros y cantidad de hijos lleguen a malas manos y oídos (por el tema de secuestros extorsivos ¿vio?). O sea que la palabra clave en este aviso es "protegida". El problema está cuando en el aviso oficial LA PALABRA ESTÁ MAL ESCRITA... y dice "portegida" (sic). Ni siquiera tienen un tipo que corrija este error, ya que este aviso mal escrito lo viene sacando desde la semana pasada y aún lo imprimen mal (avisos entre el 10 y el 20 de octubre).En consecuencia, a partir de este error de significante podríamos inferir que el significado también es equivocado, o sea que los datos no van a estar protegidos, van a estar “portegidos” (¿que mierda significa eso?) ¿Quién en su sano juicio les permitirá a estos tipos entrar a su hogar y luego darles datos relevantes para quién sabe qué fines truculentos?....