15 de noviembre de 2006

UNA HISTORIA DE VIDA

Había nacido en Varsovia, ya nadie recuerda cuándo. Todavía muy joven, huyendo de alguna guerra, subió a bordo del primer barco que salía del primer puerto que encontró. “Ochenta”, le murmuró al capitán. Pagó y fue a ubicarse en el fondo, como en la escuela.

Tras varias semanas de surcar el océano, recaló en puerto desconocido para él. Vladimir desembarcó, vio las luces prometedoras del centro, el reluciente adoquín, la democracia liberal, las mujeres ídem... “Me quedo”, decidió.

Salió del puerto y caminó sin sentido durante largas horas. En una casa de empeño entregó su reloj, sus medias, el iPod y 200 cm3 de esperma que había obtenido de un marinero belga. A cambio, recibió unos pocos pesos que apenas si le alcanzaban para pasar una noche en la segunda pensión menos infecciosa de la cuadra.

Sin embargo, en vez de desperdiciar su dinero en algo que sólo le duraría una noche, decidió invertir su pequeña fortuna. Dudó entre el hipódromo o la bolsa de comercio. “No confío en el azar –se dijo–, invertiré mi capital en el maravilloso juego–ciencia caballar”.

Ganó fortunas.

Tiempo después, le compró a un ex gobernador la franquicia del comercio de estupefacientes a lo largo de la cuenca del Sarmiento, desde Once hasta Moreno. Era amo y señor de su zona y las paredes lo atestiguaban: “Vladimir capo del Oeste”, rezaban los graffitti.

Para entonces ya se había olvidado de sus viejos amigos y había cambiado todo su guardarropas. En seguida compró un piso frente al Botánico, cambió el acento polaco por el tono nasal de Recoleta y se hizo habitué de las discotecas de moda, el éxtasis, los celulares y la música electrónica. Desde entonces, en su antiguo barrio lo conocen como...


“El cheto de Varsovia”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo haberle visto alguna vez, en un auto convertible... evidentemente tuvo una crisis senil y se le ocurrió que era una buena manera de terminar su vida, viagra de por medio.
Eso sí, debido al acento recoleta me costó mucho entender su propuesta y sólo atiné a decirle " que te recontra" por las dudas...

besos muchach@s... agrego el blog a los links de mi fotolog...

Anónimo dijo...

Creo haberle visto alguna vez, en un auto convertible... evidentemente tuvo una crisis senil y se le ocurrió que era una buena manera de terminar su vida, viagra de por medio.
Eso sí, debido al acento recoleta me costó mucho entender su propuesta y sólo atiné a decirle " que te recontra" por las dudas...

besos muchach@s... agrego el blog a los links de mi fotolog...